lunes, 23 de noviembre de 2009

El Capuz en la Semana Santa de Tobarra

Desde que en 1996 se hicieron los nuevos Estatutos y Reglamento de Régimen Interior de la Asociación de Cofradías, uno de los elementos clave en todas las líneas de acción de las distintas Juntas Directivas ha sido la recuperación del uso del capuz como prenda tradicional de nuestra Semana Santa colaboradora en aumentar la sobriedad y solemnidad que cualquier Semana Santa necesita.


Ésta Junta Directiva no ha sido ajena a este proceso, presente en muchas reuniones, aunque menos que en mandatos anteriores, precisamente porque la mayoría de las hermandades ya lo han recuperado en su mayor parte o en su totalidad.


Si algo se ha demostrado en este sentido ha sido lo siguiente: pese a las opiniones más agoreras, la recuperación del capuz no ha supuesto una “huída” masiva de los hermanos hacia las demás o hacia el tambor, es más, hoy en día hay más hermanos desfilando que nunca.


Los tobarreños están/estamos más concienciados de la necesidad y vistosidad del uso del capuz, de lo que se pensaba.


El capuz no es un elemento ajeno a la Semana Santa de Tobarra, como se ha tratado de vender en alguna ocasión, de hecho todas las hermandades de Tobarra llevaban capuz hasta los años 60 con la única y lógica excepción de los Socios. Incluso se está recuperando entre las cuadrillas tamborileras. Antes de 1936 todos, nazarenos y tamborileros llevaban capuz, incluso la Banda de Música llevaba capuz antes de comprar sus primeros uniformes. (Ver foto final)




Con respecto a si se lleva bajado o no. El Reglamento de Régimen Interior es bastante claro al respecto, todos sabemos que no está siendo cumplido en su totalidad, el debate sigue ahí, y se plantean los mismos argumentos, con alguna particularidad más, como la “tradición” o “lo de siempre”, pero resulta que el capuz es tradición, no llevarlo es lo novedoso.


Por ello el debate, debe ir en sentido de si es o no beneficioso el uso del Capuz y en qué forma debe serlo, teniendo en cuenta qué queremos hacer con nuestra Semana Santa, ya que la imagen que damos es absolutamente fundamental.   


A estas alturas del debate sabemos:


-          Que el capuz es y ha sido una prenda esencialmente tradicional en la Semana Santa de Tobarra, tanto para hermandad como para tambor.

-          Que el capuz es un elemento histórico de penitencia que está en la base de todas las Semanas Santas, incluída la nuestra.
-          Que una procesión, unas filas, un trono, quedan mejor, desde el punto de vista plástico, con capuz que sin capuz, ya que éste ofrece un efecto igualador.
-          Que la seriedad de una procesión no depende sólo del capuz, aunque sin duda ayuda.
-          Que los tobarreños no son reacios al capuz, antes al contrario, lo han admitido como una prenda más, esencial, básica, que recupera una forma de desfilar de nuestros padres y abuelos, aunque sí es cierto que los pocos detractores son más ruidosos que los muchos partidarios. Actitudes como las amenazas de irse de una hermandad si se sale con capuz o se baja el capuz "diga lo que diga la asamblea", no son democráticas y le hacen un flaco favor a la Semana Santa y su hermandad.

-          El capuz en estos años de recuperación ni ha sido un problema, ni tampoco ha sido la solución a los problemas de la Semana Santa. (nunca fue eso lo que se prentendía).
-          Que aparte de la frágil memoria de nuestros mayores, las fotografías más antiguas muestran siempre el capuz puesto sobre la cabeza, todo el mundo, nazarenos, agarráores y tamborileros, incluso de día.
-          No está claro si se llevaba bajado o vuelto ya que lógicamente al hacerse la foto se levantaba el capuz. No obstante todo apunta a que los agarráores lo llevaban mayoritariamente vuelto y los cofrades, por regla general bajado, incluso de día (hay fotos que lo demuestran).
-          Pero sobre todo, el debate no es cómo se ha llevado sino cómo queremos llevarlo.






Mucho se ha avanzado estos últimos años, de hecho sólo queda una hermandad en recuperar el capuz, todas las demás lo llevan de una  u otra forma, aún así, resulta sorprendente que algunas que hace tres o cuatro años lo llevaban bajado, ahora lo vuelven a llevar subido, incluso en los días más fríos. No es la norma, pero sí marca un cambio de tendencia que es contrario al espíritu y a la letra de lo que dice el Reglamento de Régimen Interior desde 1996.

En este tema, como en todos, a la hora de planificar la Semana Santa debemos mirar hacia el futuro, ver cuáles son nuestros defectos, qué debemos mejorar, qué vemos en otras Semanas Santas que nos gustaría para nosotros, siempre que se respete lo que es nuestro (el capuz siempre lo ha sido),  tenemos que ser capaces de ver qué es lo propiamente tobarreño y qué es producto de una moda iniciada hace treinta años (nuestra Semana Santa tiene acreditados más de cuatrocientos).

Tenemos la obligación de trabajar siempre por algo mejor, sin rendirnos, sin ceder al conformismo o a la comodidad. Cada año representamos un drama que tuvo lugar hace miles de años y que aúna generaciones de Tobarreños que han desfilado por las mismas calles.

Creemos que al fin merecerá la pena el esfuerzo. Hemos llegado ya muy lejos en esto, no deberíamos dejar que se nos escapara ahora que estamos tan cerca de hacerlo todo lo bien que Tobarra se merece.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA REVISTA DE SEMANA SANTA


Antes de nada una aclaración. Cuando hablamos de libro o revista de Semana Santa, cualquiera de los dos nombres se pueden utilizar. Libro es, por cuanto tiene un número de páginas suficiente para ello. La tapa dura, además, aunque no es requisito ya que hay muchos libros de tapa blanda, ayuda ya que, al contrario,  hay muy pocas revistas de tapa dura. Sin embargo, su estructura, por secciones, su diseño interior, ampliamente gráfico, y su periodicidad anual la configuran como revista, por ello no estamos desencaminados si la llamamos así.


Como es lógico nuestra Revista de Semana Santa no se hace en un mes. Se presenta en el mes de febrero pero comienza a realizarse con los primeros calores del verano.


A estas alturas la estructura está decidida, la práctica totalidad de los trabajos ya han llegado y los fotógrafos, (esos colaboradores imprescindibles) han dejado sus álbumes y sus deuvedés repletos de fotos a la Asociación con el único ánimo de que su trabajo se vea recompensado con la publicación en la revista.


El tamaño del libro comenzó a fijarse en 1997, desde entonces no hemos abandonado ni la tapa dura ni las dimensiones. Sólo ha variado el número de páginas, que siempre ha superado las 200 y llegó a su máximo en 2009 con 400.


Podemos decir con verdadero orgullo de tobarreño que en los últimos años siempre se nos han quedado trabajos en el tintero por falta de espacio, ya que ha sido criterio de esta Junta Directiva que el libro no supere las 400 páginas. Afortunadamente la participación de la gente de Tobarra nos obliga a dejar de publicar algunos trabajos, que quedan para el año siguiente. No obstante, cada año quedan sólo tres o cuatro trabajos, como mucho, fuera de la publicación y aunque a simple vista pueda parecer que siempre salgan los mismos, porque es cierto que Tobarra tiene afortunadamente varios autores "consagrados", la participación es altísima, alrededor de 70 personas escriben algún artículo cada año y son muchos los que nos prestan sus fotos, nuevas o antiguas.


El presente año mantenemos hasta el momento el ritmo de llegada de colaboraciones, poco a poco las distintas secciones se van llenando: COLABORACIONES, NUESTRAS HERMANDADES, TAMBOR, ELEGÍAS, PUEBLOS SEMANASANTEROS


Desde aquí animamos a todos a seguir construyendo el que es, probablemente, el mejor libro de Semana Santa del Mundo. Os animamos a enviar vuestras fotografías, que nos ayudan a comprender cómo es y cómo era nuestra Semana Santa, o a escribir en la revista. El plazo para la recepción de los escritos está a punto de cerrarse, os recordamos que los escritos en principio deben llegar en formato Word o similar, y que todo el mundo, absolutamente todo, tiene siempre algo que contar sobre la Semana Santa de Tobarra, una celebración, que bajo cada uno de los puntos de vista, ofrece una visión diferente.


Gracias a todos, los que habéis colaborado y los que vais a colaborar, sin vosotros sería imposible seguir asombrando al mundo.